Supersticiones XXXIX

De todos es sabido que fumar es una mala costumbre. Y se cree que la tenemos desde los primeros cultivos que debieron tener lugar entre cinco mil y tres mil años a.C.

La historia cuenta que cuando se colonizó América el tabaco estaba muy extendido por el continente. Además de fumarse, el tabaco se inhalaba por la nariz, se masticaba, se comía, se bebía, se untaba por el cuerpo, se usaba en gotas para los ojos y se usaba en enemas. Se usaba en ritos como soplarlo por el rostro de guerreros antes de la lucha, se esparcía por campos antes de sembrar, se ofrecía a dioses, se derramaba por las mujeres antes de una relación sexual, y tanto hombres como mujeres lo usaban como narcóticos.

Si nos acercamos más en el tiempo, a nuestros días, hay una superstición relacionada con el tabaco que me llama mucho la atención… os la voy a contar.
Dice que encender tres cigarrillos con la misma cerilla trae mala suerte, incluso uno de los fumadores puede morir y os voy a explicar esta superstición:
Hoy en día es muy raro ver a un fumador usando cerillas, pero en la Primera Guerra Mundial(1914- 1918) los mecheros no eran como los de ahora, costaba un rato encenderlos y además no eran baratos y por ello casi todo el mundo usaba cerillas.
En esta guerra los aviones volaban tanto de día como de noche y los soldados salían de sus refugios para fumarse un cigarrillo y tomar el aire. Con la escasez que había (propia de una guerra) una vez que prendían una cerilla para encender un cigarrillo aprovechaban todos los que podían mientras ésta estuviera encendida.
Cuando esto ocurría por la noche, los aviones que sobrevolaban el campamento podían ver la situación del enemigo fácilmente gracias al resplandor que desprendía la cerilla al encenderse; después la veían moverse, lo cual le daba tiempo para apuntar y disparar con lo que casi siempre acababa herido o muerto alguno de los fumadores.

Hoy en día casi nadie usa cerillas, pero sigue la superstición de no encender tres cigarrillos con la misma mecha.