Supersticiones XLV

El agua es el componente más abundante en la superficie de la tierra. Es el compuesto químico (H2O) más familiar para nosotros, el más abundante y el de mayor significado para nuestras vidas.
Normalmente se dice que el agua es el disolvente universal porque todas las sustancias son de alguna manera solubles en ella.
Se considera fundamental para la existencia de la vida y no se conoce ninguna forma de vida que tenga lugar en su ausencia completa.

El agua es considerada purificadora en muchas religiones, incluyendo el Cristianismo, el Islam y el Judaismo. Por ejemplo, el bautizo en las iglesias cristianas se lleva a cabo con agua. En el Taoismo Chino el agua es uno de los cinco elementos junto con la tierra, el fuego, la madera y el metal.

El agua se ha utilizado en ritos de lo más diverso y las supersticiones relacionadas con ella son muy variadas.

Se decía que introducir una rama en el agua y sacudirla al aire era un procedimiento propio de brujas para provocar grandes tormentas y lluvias torrenciales.

Se utilizaba también el agua de alicornio para contrarrestar el mal de ojo. Éste agua se elaboraba vertiendo agua repetidas veces sobre trozos y raspaduras de de asta de ciervo, mientras se pronunciaban 300 frases cabalísticas o “salmos”. Se consideraba que el agua estaba a punto cuando empezaba a formar burbujas del tamaño de un ojo de buey ¡¡¡Uuufffff menudo trabajito!!!

Al parecer, quien bebe agua al sentarse en la mesa antes de probar bocado dará un disgusto a la familia, así que ya sabéis primero hay que comer y luego beber.

El agua bendita es un elemento protector y curativo, de modo que se debía rociar con ella cualquier objeto, animal o persona.
El agua bendita del bautismo se utilizaba para lavar los ojos y preservarlos de la enfermedad. Era especialmente buena para las fiebres y el reumatismo.
En el siglo XVII se curaban las enfermedades con agua bendita y tres gotas de cera, si éstas se juntaban en el agua, el enfermo sanaría.

Y ahora os dejo unas recomendaciones ya que el agua en nuestro organismo es imprescindible y nos permite realizar funciones vitales como regular la temperatura corporal o transportar alimentos y gases.
Además una buena hidratación ayuda a mantener una piel joven. El envejecimiento va asociado a la pérdida de agua, que afecta a todos los tejidos del organismo, pero especialmente a la piel.

Por el contrario, la falta de líquido puede producir estreñimiento y problemas articulares, hacer que la piel parezca más arrugada y la orina sea más densa, lo que favorece la formación de cálculos, arenillas y hasta infecciones urinarias. Y yo de esto sé bastante por eso bebo agua en abundancia.

Ahí van las recomendaciones:
*Beber de 1,5 a 2 litros diarios de agua.
*Mientras más grasa y proteínas se ingiera, más agua tenemos que beber para eliminar sus restos metabólicos, ya que contiene menos agua que otros productos.
*Las frutas y vegetales son los alimentos que más agua contienen, así que hay que comer al menos 4 ó 5 piezas de fruta al día.
*El calor, la humedad y el ejercicio físico aumentan notablemente el requerimiento de agua de nuestro organismo.
*Quienes padecen cálculos de riñón, arenillas o infecciones urinarias deben beber más líquido.
*Cuidado con el café, alcohol, té y otras bebidas similares, ya que son diuréticos e incrementan la eliminación de líquido por al orina.
*Infecciones, fiebre, vómitos y diarrea ocasionan una rápida pérdida de líquidos que hay que reponer de inmediato.

Después de estas recomendaciones a ver si llegamos todos a los 100 años sanos y sin ninguna arruga en la piel.