Campamentos de verano

No hace ni un mes que han dado las vacaciones escolares a los niños y empiezan a funcionar los campamentos de verano.
Cuando era pequeña nunca fui a ninguno y creo que me perdí grandes experiencias.

Tengo una sobrina con 11 años. Ha estado todo el curso diciendo que las amigas le hablaban muy bien del campamento de verano, que este año quería probar y ha estado 15 días. Viene contentísima, con ganas de volver el año que viene y con nuevos amigos.

Sólo lleva unos días en casa y quiere demostrar todo lo que ha aprendido ayudando en las tareas domésticas. Su madre no se lo cree por que antes tenía que enfadarse con ella para que echara un cable o simplemente para que recogiera y ordenara sus cosas. Parece que realmente todo lo que aprenden es positivo, y no sólo eso. Mi sobrina es bastante tímida y parece mentira la cantidad de direcciones de correo que trae. Dice que ya sabe lavar la ropa, tenderla, fregar los platos…y hasta parece que está más ordenada.

Casi todas las actividades que hacen son al aire libre y eso me parece fantástico ya que bastante encerrados están en invierno con los colegios, las clases extraescolares y demás actividades durante el resto del año.

No se cuanto tiempo le va a durar esto, pero lo que si está claro es que todo lo que aprenden es bueno, además de la convivencia y las buenas relaciones que hacen.

Una parte muy importante para que todo esto se consiga son los monitores, personas a las que les tienen que gustar mucho los niños. Deben de estar muy preparados para organizarlos, hacer que cada uno cumpla con sus funciones y además salgan contentos. ¡Qué difícil debe de ser!

A mi me gustan mucho los niños, pero no se si sería capaz de sacar adelante algo así.