Gol en un bingo

Algunas cosas de las que he vivido en el bingo son simpáticas de recordar.

Un día se jugaba un derbi en la Liga de Fútbol Profesional. Hay personas que no quieren perderse estos eventos y además quieren divertirse jugando al bingo y como a mí siempre me ha gustado hacer feliz a todos mis clientes, puse algunos monitores de la sala con el partido para que lo vieran mientras jugaban.

Ya se estaba jugando el partido y a la mitad de la partida se oyó un grito en la sala que decía algo así ¡… GOOOOO….! La locutora paró la partida automáticamente y dijo: “se ha cantado bingo”. Lo curioso es que nadie levantaba la mano para que recogieran su cartón y comprobar si era correcto y, la partida continuó.

No había pasado ni una hora y volvió a pasar lo mismo. Se oyó el mismo sonido, la partida se paró y nadie tenía premio. Empecé a pensar que alguien no sabía jugar.
Me puse a dar vueltas por la sala para ver si localizaba a esa persona y claro que la localicé… cuando uno de los equipos marcó otro gol. Por lo visto a esta persona le gustaba mucho uno de los equipos que jugaban y era tal la alegría que le entraba cuando marcaba su equipo que no podía evitar cantar el gol, sin reparar en el sitio donde estaba.

En ese momento me dirigí a él y le pedí que no cantara más goles ya que aquello no era un campo de fútbol y que allí sólo se cantaba bingo. Lo entendió perfectamente y ya no sucedió más.

Cuando terminó mi jornada pasé un buen rato recordando lo sucedido. Nunca había vivido nada igual y la verdad es que aunque en el momento no lo entendí, luego me pareció graciosa la situación de aquel señor tan bingo-futbolero.