A estas alturas del verano seguro que casi todos hemos tomado algún que otro helado y más de uno lo hacemos casi a diario.
Aunque sólo pensar en el verano y el calor invita a un helado, también podemos disfrutar de ellos en invierno y sin embargo a pocos se nos viene a la cabeza tomar uno cuando hace frío, a mí desde luego que no.
Hoy podemos disfrutarlos de todos los sabores. Unos combinados con frutos secos (nata con nueces), otros más ácidos con fruta fresca, también de tiramisú o flan con caramelo; incluso frutas tropicales y algunos hasta con un toque de alcohol (ron con pasas, tarta helada al Whisky…)
Básicamente están hechos con ingredientes naturales: leche, nata y azúcar.
Dicen que 100 gramos de helado equivalen al 15% de calorías de nuestra dieta diaria. También que se han reducido en grasas y aumentado en frutas con lo cual podemos tomar helados sin miedo a engordar.
Y ahora sabiendo que tienen menos calorías y que tenemos esa variedad para escoger ¿quién puede resistirse a este placer?... ¡Yo desde luego que no!
Si estoy en la calle tomando una tapita siempre me apetece un helado de postre y si estoy en casa tengo helados en el congelador. Siempre de varios sabores, pero el que no me falta es el de limón porque me gusta ese sabor ácido y a la vez dulce que con sólo pensarlo se me hace la boca agua.
En fin, que si queremos podemos tomar helados sin ningún tipo de reparos, siempre que lo hagamos con moderación, como casi todo.
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