La bienvenida

En todos los centros de trabajo siempre hay movimientos de personas, unos van y otros vienen.

Cuando trabajaba en la sala de bingo, tuve que dar la bienvenida a compañer@s en varias ocasiones igual que en su momento me la dieron a mí.

Como ya sabéis yo empecé a trabajar sin tener ni idea de nada y gracias a ellos en poco tiempo me puse al día en casi todo.

Al llegar un compañer@ nuev@ yo siempre lo he visto como un nuevo miembro de nuestra gran familia y había que tratarlo como tal.

En su primer día de trabajo se le explica el funcionamiento de la sala. Si no sabe vender se pone al lado de un vendedor/a y se le va explicando como funciona la venta hasta que el jefe de sala ve que está preparad@ y le da un rango.

Si por el contrario ya sabe vender, se le explican los rangos y tod@s nos volcamos para que se sienta cómod@ y segur@.

Esto lo hacemos día tras día hasta que vemos que entra en la sala completamente relajad@ y trabaja sin tensiones, como uno más.

Yo pienso que la bienvenida a un nuevo compañer@ y hacer que se sienta a gusto mientras trabaja es misión del resto del personal de la sala. Así hacemos que todo funcione bien y trabajemos con alegría, cosa que luego se transmite a los clientes. Por eso siempre digo que este trabajo me gusta tanto.

No hay nada más cómodo y relajante que trabajar con el resto de los compañer@s como si fuéramos una piña. Todos a una para el buen funcionamiento de la sala y el bienestar de los clientes.