14/5/08

Las prácticas para jefa de mesa


Recuerdo, con mucho agrado, el día que me comunicaron que empezara las prácticas para el puesto de jefa de mesa.
Eran las seis y media de la tarde aproximadamente, me quedaba una media hora para salir de trabajar y se acercó mi jefe con una sonrisa que nunca olvidaré y me dijo muy bajito “van a quedar tres puestos libres de jefe de mesa, y creo que tú puedes estar capacitada para uno de ellos. Si quieres puedes empezar las prácticas”. Al principio no me lo podía creer, pero reaccioné, y en sólo media hora decidí que lo iba a intentar. La decisión no fue difícil después de aplicarme ese dicho que dice “si tú puedes, yo también”. Cuando terminó mi jornada, salí un momento para llamar por teléfono a casa y decir que iba a tardar un rato en llegar, a continuación volví a entrar en la sala, subí a la mesa de control y dije “ya estoy aquí para empezar a practicar”. El jefe de mesa, el cajero y el jefe de sala se quedaron casi con la boca abierta cuando me vieron tan decidida, pero eso fue sólo un momento, porque a continuación empezó mi aprendizaje. Fueron meses duros porque tenía que trabajar y en mi tiempo libre hacer las prácticas, pero no me importaba porque pensaba que merecía la pena intentarlo. Había mas compañeros practicando, con lo cual la competencia estaba servida y yo me decía todos los días que uno de los dos puestos tenía que ser mío.
Pasé todo un verano practicando y se acercaba el día en que iban a quedar libre los puestos, todos los que estábamos practicando lo sabíamos, el ambiente era tenso y empecé a pensar que iba a ser muy difícil conseguirlo ya que era la única mujer. Pero me llevé una gran sorpresa cuando me comunicaron que un puesto era mío y que en unos días me incorporaba de jefa de mesa.
Ese momento no lo podré olvidar nunca, ya que después de la oportunidad que me habían dado y lo que había luchado, tenía mi recompensa.
Puedo decir que a partir de ese momento comenzó, para mí, una nueva etapa en el bingo.

No hay comentarios: