¿Tomamos un café?

“Tomamos un café y hablamos” “Quedamos en una cafetería y mientras tomamos un café…” estas son frases que seguro más de uno de nosotros hemos dicho en alguna ocasión.

A mi me sugiere relajación mientras hablo con amigos o familiares y aunque yo lo que tomo últimamente es té, siempre de dice lo mismo “Quedamos para tomar un café”

El café contiene cafeína y ésta actúa como estimulante y diurético actuando sobre el sistema nervioso central, corazón, venas, arterias y riñones.

Suele tomarse en el desayuno o después de las comidas, y es una de las bebidas sin alcohol más socializadoras en muchos países.

Según estadísticas, el 63% de los españoles mayores de 15 años (22 millones de personas), toma, al menos, un café diario, con una media de cuatro kilos por habitante y año.

La coca-cola, el té, las bebidas energéticas, el chocolate… también contienen cafeína, siendo el té y el chocolate las de menor porcentaje. Todos éstos, son estimulantes, que hacen que se mantenga la actividad y la energía para tirar “pa´adelante”.

Os comento todo esto porque esta mañana, mientras me estaba tomando un té, me vino un olorcillo a café (seguro que era la cafetera de alguna vecina) y éste olor me hizo recordar tantos y tantos momentos vividos con mi antiguo e inolvidable amigo “el café”

Empecé a recordar que en fechas de exámenes las cafeteras hervían en mi casa noche tras noche. Y que después de una mala noche lo mejor era un cafelito para poder “tirar del día”, o sea que había épocas en las que estaba todo el día tomando café.

Después de muchos años consumiendo éste estimulante, decidí dejar de tomarlo y pasarme al té porque éste tiene menor porcentaje de cafeína, aunque al fin y al cabo, sigo ingiriendo cafeína, y quedando con amigos para tomar un café, aunque luego me tome un té.

Decididamente, quedar con algún amigo o familiar para tomar un café es un acto social muy agradable, por eso cada vez que puedo lo hago.